No hace falta que digamos que Granada es una de las ciudades más bonitas de España. Tal y como dijo Machado, todas las ciudades tienen su encanto, pero Granada tiene el suyo y el de todas las demás. Es una parada obligatoria en tu viaje a España, y por eso te vamos a echar una mano con la planificación de un día en esta ciudad de inconfundible aroma árabe. ¡Abre los ojos y no te pierdas ningún detalle!
Acabamos de llegar a Granada y son las 9 de la mañana. La mejor manera de empezar el día es, por supuesto, con un buen desayuno. Recomendamos empezar nuestro camino en el Kiosko Las Titas, que lo encontramos en el Paseo de las Bombas, en pleno centro de Granada, rodeado de jardines y el río Genil. Nos relajamos con un café en su terraza porque espera un día intenso.
Después de desayunar, aprovechamos su localización y damos un paseo por el centro histórico de la ciudad, visitando su Catedral y la Capilla Real, obras cumbres del Renacimiento español. Antes de encaminarnos hacia la Alhambra, pasamos también por la Fuente de las Batallas y la Carrera de la Virgen.
El camino hacia la Alhambra lo hacemos a pie por el barrio de El Realejo, antiguo barrio judío. Una vez llegamos arriba, recomendamos hacer la visita guiada por sus palacios, jardines y fortalezas. No olvides sacar tu entrada incluyendo los jardines del Generalife, que se encuentran fuera de las murallas de la Alhambra y fueron finca de recreo de los sultanes nazaríes hasta la reconquista del reino por los Reyes Católicos.
Ha llegado la hora del almuerzo y el Parador, dentro del recinto de la Alhambra, nos parece un sitio perfecto para saciar el apetito. Podemos disfrutar de platos típicos como la Breua Nazarí, Rape en Salsa Mozárabe, Cabrito al estilo Alpujarreño, o la Tarta del Convento de San Francisco en un entorno tranquilo y auténtico. Después de la comida podemos aprovechar para visitar el Palacio de Carlos V y el Museo de la Alhambra, uno de los más visitados de Andalucía.
La bajada a Granada la hacemos por la cuesta de los Chinos, llamada así por su empedrado suelo. Tras girar a la izquierda por el puente que cruza el río llegamos al Paseo de los Tristes, llamado así por ser el lugar donde pasaban los cortejos fúnebres camino al cementero. Para muchos, esta calle que bordea el río Darro y ofrece impresionantes vistas a la Alhambra es una de las más bonitas de Granada.
Tras ver los edificios históricos, terrazas y tiendas donde comprar recuerdos en el Paseo de los Tristes, entramos en el Albaicín, un barrio con enorme influencia árabe declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad. La tetería el Bañuelo es una buena opción para hacer una paradita y recuperar fuerzas. Se trata de un local pequeñito y muy antiguo con una localización ideal que nos permite disfrutar de unos dulces árabes y un té frente a los palacios de la Alhambra. Después podemos dar un paseo por la calle Calderería y visitar sus mercados típicos donde comprar recuerdos o especias en lo que parece la pequeña Marrakech.
La tarde está a punto de caer, por lo que subimos al Mirador de Nicolás para disfrutar de una puesta de sol cara a cara con la Alhambra y probablemente alegrada por algún paisano que canta y toca la guitarra.
Nos adentramos ahora en La Cueva de la Rocío en Sacromonte, sobre la colina de Valparaíso, un pintoresco e idílico lugar tradicional arrabal de los gitanos granadinos. Allí disfrutamos de una cena y un auténtico espectáculo de flamenco de la Familia Maya, familia gitana con gran tradición y cuna de grandes artistas en el mundo flamenco.
Para finalizar el día nos vamos al Huerto de Juan Ranas y disfrutamos de una copa en su terraza con increíbles vistas.
Después de esta visita tan intensa a la ciudad, es probable que estemos deseando descansar. Para ello recomendamos el hotel de 5* Palacio de Santa Paula, antigua casa morisca construida en el Siglo XII. Podemos ir dando un agradable paseo desde el Huerto de Juan Ranas, a unos 10 minutos a pie, y así dar por terminado un día fantástico en esta ciudad llena de encanto y misterio.