No es casualidad que la guía Lonely Planet haya elegido Sevilla como la mejor ciudad del mundo para visitar en 2018. Más allá de sus monumentos, Sevilla tiene una magia que nos tiene conquistados tanto a los nacionales como a los internacionales. Este encanto misterioso que algunos llaman duende hace que volvamos una y otra vez, y por eso hemos decidido poner a vuestro alcance algunos consejos para disfrutar de la ciudad como a nosotros nos gusta, con los cinco sentidos.

VISTA: Lo malo no es que los sevillanos se crean que tienen la ciudad más bonita del mundo, lo peor es que puede que tengan razón. Esta declaración de Antonio Gala resume muy bien lo que sentimos por la capital andaluza y cada uno de sus rincones.

Sevilla tiene el casco histórico más extenso de España y uno de los tres más extensos de Europa, por lo que sus zigzagueantes y estrechas calles tienen mucho que contar. Nos encontramos en una tierra gobernada por los romanos, por los musulmanes y con una gran influencia judía en el bajo medieval. Esta mezcla de culturas se manifiesta en una ciudad que nos regala monumentos como la Catedral, la Torre del Oro, la Casa Pilatos, los jardines del Alcázar y los barrios de Santa Cruz y Santa María la Blanca. Pasear por el centro te trasladará a diferentes momentos de la historia: abre bien los ojos y disfruta del viaje.

TACTO: Déjate mimar por esta ciudad en los baños árabes AIRE, dedicados a la relajación del cuerpo y de la mente en un palacio mudéjar a pocos metros de la Catedral. Un espacio exclusivo y acogedor que ofrece diferentes actividades: baños termales, masajes, rituales de piel, rituales en el agua… Al fin y al cabo, después del paseo, te mereces un descanso.

GUSTO: Has oído hablar de las tapas, ¿verdad? Enfrente de la Giralda encontrarás una de las calles más populares y concurridas de Sevilla: Mateos Gago. Allí se ubican algunos de los locales de tapas más auténticos de la capital, como La Sacristía, Las Columnas, La Fresquita o Casa Tomate, que son solo algunos de los muchos establecimientos donde miles de sevillanos y turistas se juntan para disfrutar de buen vivir y el buen clima sevillano.

OÍDO: Sevilla no solo hay que verla, hay que vivirla. No puedes salir de esta ciudad sin disfrutar de un auténtico espectáculo en la capital mundial del flamenco. Nuestra recomendación es visitar el Museo del Flamenco de Cristina Hoyos, en pleno centro de la ciudad, donde cada día, como última actividad, hay una cita con el cante, el baile, y con la guitarra. Es el momento de agudizar los oídos y escuchar al gran elenco de artistas que cada noche se suben a su recogido escenario que ya se ha convertido en un lugar de referencia mundial.

OLFATO: ¿A qué huele Sevilla? Los expertos en caminar sus calles lo tenemos claro: a azahar, a naranja, a incienso y a adobo por la calle Tetuán. La primavera es la mejor época para visitar la capital andaluza, ya que los naranjos acaban de florecer y el agradable olor de su flor te acompaña allá donde vayas. Además, con un poco de suerte podrás disfrutar de dos de sus mejores fiestas: la Semana Santa y la Feria de abril.

Día Libre Viajes